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Historia de Ntra. Sra. del Oreto

HISTORIA DE LA IMAGEN DE MARIA SANTÍSIMA VENERADA EN LA VILLA DE L'ALCÚDIA CON EL TÍTULO DEL ORETO

 Dicha imagen es de bulto, de madera de ciprés y de cuatro palmos de altura; su hermosura es tan singular, que arrebata los corazones y causa la mñas rendida veneración y respeto al original que representa, haciendo presumir piadosamente, que el artífice tendría muy presente a la Reina de los cielos para copiarla en el estado de Viadora.

La posee dicha Villa desde poco tiempo después que conquistó este reino de Valencia el rey D. Jaime I, traída de Roma por Peregrín de Montagud, segundo Señor de L'Alcúdia, quien la obtuvo del Pontífice Inocencio V en el año 1276, en donde estaba ya en pública veneración con el título del ORETO, y ya escondida en las persecuciones de la Iglesia, desde su segundo Pontífice s. Lino, a quien fue entregada por los ángeles, según la pía tradición que ha pasado de nuestros mayores a nosotros y confirman las pruebas y relación que hizo María Santísima a la sierva de Dios María Ana Amat, natural de dicha Villa, y consta en el Sermón de las solemnes Exequias de dicha Venerable, celebradas en 28 de agosto del año 1769, mandado imprimir por los Señores Vicario General de este Arzobispado y Regente de la Real Audiencia, previas las censuras y aprobaciones correspondientes.

Por cuya tradición y revelación consta:

Que el día 8 de septiembre de 1276, a las ocho de la mañana, con lucida procesión entró la Imagen en Alcúdia, que estaba dicha Villa bajo la protección de la virgen y que si en los pasados años lloraron rigurosos castigos, fue porque habían olvidado, pero si con devotos corazones la buscaban les protegería, que la inclinación de cabeza, que tiene dicha imagen, expresa la acción de María Santísima cuando tuvo el aviso de marchar a Egipto por la persecución de Herodes y se convirtió a Jesús que le tenía en sus pechos, y el Niño miró a la Madre.

Consta que Pedro Villanova y Montagud, cuarto Señor de L'Alcúdia, fundó un beneficio en la Capilla de dicha imagen, que es el del nº 2 en su testamento que otorgó ante Guillem Vidal, Escribano Real en el lugar de Rugat, a 10 de julio de 1366; que Pedro Ramón de Villanova y Montagud, sexto Señor de L'Alcúdia, en su codicilio que otorgó ante Francisco Menor, Notario del Valencia en 2 de mayo de 1492, mandó que sus herederos y sucesores hubiesen de dar cada año un quintal de aceite para que perpetuamente ardiese una lámpara en la Capilla de dicha imagen; que el antedicho beneficio fue acolado a Mosén Andrés Miguel en 29 de octubre de 1566 ante Miguel Real, Notario; que en 23 de julio de 1594 ya pagó el Mayordomo de Nuestra Señora del Oreto ciento treinta y seis libras por derecho de amortización de las rentas y bienes que pertenecían a la Capilla de la referida imagen, según aparece por la Escritura recibida por Vicente Ridaura, Notario de Valencia y depósitos hechos en la Tabla general de dicha ciudad, nº 75.776.

Hay concedidas muchísimas indulgencias por diferentes Señores Arzobispos y Obispos a los que rezaran devotamente una salve o Ave María delante de dicha Imagen, rogando por las necesidades de la Iglesia y del Estado, y según Bula obtenida por el Santo Padre Pío VII, expedida en Roma a 9 de septiembre de 1803, ganan Indulgencia Plenaria y remisión de todos sus pecados los fieles que, confesados y comulgados, visitaren dicha Imagen en los días de la Natividad de María Santísima, de la Purísima Concepción, de la Purificación, de la Anunciación y de la Asunción; y siete años de perdón en los días del Santísimo Nombre de María y de los Desposorios, de la Visitación a Santa Isabel, y en el de San Ildefonso, rogando por las necesidades de la Iglesia, paz y concordia entre los Príncipes cristianos.

Por otra Bula del mismo Santísimo Padre Pío VII, dada en 9 de julio de 1816, concede su Santidad a todos y a cada uno de los fieles que, confesados y comulgado visitaren dicha Iglesia Parroquial de Alcúdia en los días de las Festividades de San José, Santa Ana y San Joaquín, desde sus primeras vísperas hasta el ocaso del sol, todos los años, y rogasen por la concordia de los Príncipes cristianos, extirpación de herejías y exaltación de la Santa Madre Iglesia, Indulgencia Plenaria y remisión de todos los pecados que podrán aplicar por modo de sufragio a las ánimas benditas..

LA IMAGEN DE LA VIRGEN DEL ORETO A TRAVÉS DE LA HISTORIA 

La imagen de la Mare de Déu de l'Oreto es de estilo gótico, responde al tipo de la "Virgen de la Leche", ya que está amamantando al Niño Jesús.

La sensibilidad del gótico encontró en la representación de la Virgen como Madre, el modelo de proximidad, de belleza, de serenidad y dulzura. Ello contrastaba con el estilo anterior, el románico, que movía la fe de los fieles a través del temor, presentando a Cristo como Juez Todopoderoso y a la Virgen, como Reina y Señora, sentada en un trono, mirando rígidamente al frente, sin detalle alguno de comunicación y ternura hacia su Hijo.

Nuestra imagen es una talla de madera de ciprés, de una sola pieza, a excepción de la peana que se añadió posteriormente. En las zonas donde se extiende la túnica del Niño o de la Madre, el soporte de madera fue revestido de tela; a continuación, bien sobre la madera o sobre la tela, se revestía con una capa de estuco, base para la posterior policromía.

La tradición nos dice que esta imagen fue hecha por los ángeles y entregada a San Lino, segundo pontífice de la Iglesia. Transcurrieron los siglos y, siendo Papa Inocencio V, éste le entregó la imagen a su amigo Peregrín de Montagud, que fué a visitarle a Roma. El conde de Carlet y Señor de L'Alcúdia regaló la imagen a su prometida María, quien la ofreció a toda la Villa de L'Alcúdia, el día 8 de septiembre de 1276.

La devoción a la Mare de Déu, en nuestra población, arranca desde el inicio de su fundación como pueblo cristiano y como Parroquia de San Andrés, en el siglo XIII (1.252)-

El primer documento histórico en el que se hace referencia a la Mare de Déu, con la advocación de l'Oreto, data del 2 de mayo de 1492, cuando el noveno señor de L'Alcúdia, Ramón de Montagut y Vilanova, ordenó, en su testamento que se construyera una capilla para la Virgen del Oreto, en la Iglesia de L'Alcúdia, donde él sería enterrado. En esta capilla, posiblemente situada lateralmente o adosada al templo, permaneció la imagen, siendo venerada por todos los alcudianos.

El siglo XVIII fue una centuria de profundos cambios y de gran esplendor económico y cultural en L'Alcúdia. En 1746, comenzó la construcción del nuevo templo parroquial de San Andrés Apóstol. La antigua fábrica fue demolida, a excepción de la capilla de la Virgen, donde se alzaba su imagen. Por ello, lo más urgente era construir su nueva capilla, que a su vez sería la de la Comunión; la elección de este lugar privilegiado para entronizar la imagen indicaba el arraigo de la devoción popular, acrecentado con el paso de los siglos. El 8 de septiembre de 1762, se llevó en procesión la imagen de Ntra. Sra. del Oreto, desde su antigua capilla a la nueva. La emotividad que revistió el acto dio lugar a que todos los años hasta el presente se venga realizando "el traslado", el día de la fiesta, desde la capilla hasta el altar mayor.

Todas las obras de arte sufren el deterioro del paso del tiempo. En el s. XVIII, la imagen fue restaurada, siendo nuevamente policromada. El dorador que intervino era un especialista de altura que llevó a cabo su labor magistralmente, realizando unos esgrafiados, en el manto de gran calidad.

En el siglo XVII fue recortada la corona de madera propia de la imagen, para poder acoplarle una nueva y grandiosa, muy del gusto dieciochesco. Contemplando la imagen que aparece en los Gozos editados en 1768 podemos hacernos una idea de cómo sería la primitiva corona.

A Vergara se atribuye la ejecución de un lienzo con la imagen de la Virgen del Oreto, ataviada con su nueva corona y que se utilizaba como cortina que cubría la hornacina de la imagen, de modo que sólo en ciertas ocasiones especiales se podía contemplar la sagrada talla.

En el siglo XIX, posiblemente, sería reemplazada la antigua peana de la imagen y sustituida por la que todos conocemos, adornada con las inscripciones Beata Mater, Mariae Inmaculatae, Intacta Virgo y Gloriossisima Regina.

No sabemos el momento exacto en el que comenzaron a hacerse las "medidas" de la Virgen. Las primeras que se hicieron no dejaban constancia de la fecha. Con toda probabilidad la tradición se iniciaría en el siglo XIX.

La existencia de medidas con la inscripción "VI Centenario", nos indica que, en 1876, este acontecimiento fue celebrado por los alcudianos de la época.

En 1877, comenzaron las obras del Camarín de la Virgen, construyéndose las paredes, la bóveda, el tejado, la escalre y una ventana. Fue en tiempos del Rvdo. D. Salvador Muñoz, en 1884, cuando se acondicionó definitivamente este recinto.

En 1890, el artista de Xàtiva, Jaime Gosalbes, pintó un nuevo lienzo cortina que sustituiría al que se atribuía a Vergara, que estaba bastante deteriorado.

En el siglo XX, al poco tiempo de ser párroco el Rvdo. D. Manuel Vercher, en los años 30, el templo sufrió un robo en el que se usurparon las joyas más preciadas de la imagen.

Corrían los tiempos de la 2ª República y el anticlericalismo provocaba continuos ataques a la Iglesia y sus instituciones. Dado que ya se habían producido incendios en templos de pueblos vecinos, el Rvdo. D. Manuel Vercher consideró inminente la necesidad de salvaguardar la imagen de una posible destrucción. Por ello, a finales de abril de 1936, aprovechando que el lienzo-cortina cubría el nicho y nadie podía notar que la imagen no estaba en el Camarín, decidió ocultarla en la casa de la familia Vallés Chornet, sita en la calle Patricio Boronat.

En julio, estalló la Guerra Civil y, en un clima de persecución religiosa, el templo fue incendiado y sus imágenes destruidas. En vano se buscó la imagen de la Patrona, en vano se amenazó a quien la tuviera. El milagro se produjo y la Mare de Déu de l'Oreto, después de permanecer los tres años de la guerra en posición yacente, escondida en una perfecta cámara oculta, debajo de un pesebre, era contemplada de nuevo por sus fieles hijos.

No obstante, la humedad había hecho mella en la policromía de la espalda de la imagen. Era un mal menor, pues en medio de la desolación de la posguerra, la tierna mirada de Madre daba fuerza de ánimo y hacía renacer la esperanza.

El 10 de diciembre de 1939, el Ejército de Aviación celebró la fiesta de su patrona, la Virgen de Loreto, en Capitanía General de Valencia. A falta de su propia imagen, destruida en la guerra, solicitó que la Mare de Déu de l'Oreto de L'Alcúdia, presidiera la Eucaristía. La similitud del nombre, les motivó a ello. El gesto de cederles por un día su imagen fue causa de enorme gratitud hacia nuestra población.

A comienzos de los años 40, se instalaron las imágenes de dos ángeles, muy similares a las anteriores a la guerra. Es aspecto del nicho volvía a ser el mismo, más aún cuando la cortina que lo cubría también había sido salvada de su destrucción.

Siendo párroco el Rvdo. D. Francisco Alamar, el sacerdote hijo de L'Alcúdia, Rvdo. D. Luis Casanoves, hizo las gestiones pertinentes para que la Virgen del Oreto fuera declarada canónicamente patrona de la población. Desde siempre el pueblo la había aclamado como tal, pero faltaba su proclamación canónica por el Santo Padre. El 27 de febrero de 1948, Pío XII, para perpetua memoria, la declaraba oficialmente Patrona de L'Alcúdia.

En el mes de mayo de ese año, la diócesis de Valencia conmemoró los 25 años de la coronación de la imagen de la Virgen de los Desamparados, organizándose una concentración de las imágenes marianas de mayor arraigo en nuestra diócesis. La selección de nuestra Patrona llenó de gozo y entusiasmo a toda la población que se volcó en los preparativos y en la participación. El 27 de abril se estrenó el Himno a la Virgen, con música del maestro Garcés y letra del poeta Lorenzo Millo. La peregrinación a pie, la llegada a Valencia, la concentración de imágenes y sus comparsas, el acto del Voto Asuncionista, la Misa Solemne y la procesión, causaron enorme impacto en todos los alcudianos, así como el recibimiento que se le hizo a la Patrona a su regreso a L'Alcúdia y la proclamación por el Alcalde D. Antonio Madramany, como Alcaldesa de Honor, entregándole su propia vara de mando, cuando la imagen pasaba por el Ayuntamiento.

En 1963, siendo párroco el Rvdo. D. Vicente Aranda, fue remodelada la hornacina, de la que se eliminaban los tradicionales ángeles. Pero la mayor novedad fue la retirada definitiva del lienzo cortina. Desde esa fecha, la imagen quedaba a diario a la vista de todos aquellos que quisieran acercarse a rezar a su Capilla.

En 1976, se celebró el VII Centenario de la llegada de la imagen de la Virgen a L'Alcúdia. Toda la población se engalanó para el acontecimiento. Las calles se decoraron, rivalizando en creatividad y colorido. Los Juegos Florales se realizaron en el Templo, siendo una exaltación de la Reina de las Fiestas: la Mare de Déu de l'Oreto. La imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados vino a L'Alcúdia, devolviendo, así la visita que nuestra Patrona le hizo en 1948. El Obispo auxiliar, Rvdmo. D. José Gea, presidió la Misa Solemne del 8 de septiembre. Las misas del Novenario se celebraron en diferentes puntos de la población. La imagen de la Virgen, sobre sus andas, recorrió todas las calles y plazas de L'Alcúdia y Montortal.

En 1992, se celebró el V Centenario de la Fundación de la Capilla de la Virgen. También fueron unas jornadas marianas inolvidables, y al igual que en la conmemoración del VII Centenario, se preparó una Exposición Mariana contando con objetos de alto valor artístico y sobre todo emotivo: medidas, pinturas y grabados, fundamentalmente. La solemne Vigilia de Oración fue presidida por el Rvdmo. D. Jesús Plá, Obispo emérito de Sigüenza-Guadalajara. La Parroquia editó un pequeño libro titulado V Centenario de la Fundación de la capilla de la Virgen del Oreto. L'Alcúdia 1492-1992.

Indiscutiblemente los últimos años del milenio se están caracterizando por el empeño, a todos los niveles, por conservar el Patrimonio Artístico. Es la época en la que se están acometiendo innumerables trabajos de restauración, sensibilizándose la población por estas cuestiones.

El estado de avanzado deterioro en que se encontraba la imagen de la Virgen del Oreto era evidente. Ya en 1983, el entonces párroco Rvdo. D. Sebastián Benítez, aconsejó que no se tocara la imagen de la Virgen, debido a su estado de conservación, estudiándose la posibilidad de restauración de la imagen, que no llegó a realizar. El párroco Rvdo. D. Arturo Climent, solicitó, en 1993, la elaboración de un informe técnico al equipo Ars Restauro de Valencia. El estudio detallaba el pésimo estado de conservación de la talla: un 75% de la pintura estaba desadherido del soporte, había desgaste y pérdida de policromía; repintes que ocultaban el cromatismo original, el cual faltaba por completo en la zona de la espalda; deterioro de la mano derecha de la imagen de la Virgen.

Ars Restauro se hizo cargo de la restauración. El 17 de octubre comenzó su labor que se prolongó hasta el 25 de mayo de 1994. Durante más de siete meses, el camarín de la virgen se convirtió en taller de restauración.

El equipo Ars Restauro acometió, a su vez, dos tareas adicionales:

- Diseñar para la imagen una nueva corona de oro, acorde al estilo de la talla, para superponerla a la suya de madera, se trata de una sencilla corona decorada con el anagrama de María y el motivo esgrafiado del manto.

- Remodelar su hornacina, diseñando un nuevo pedestal sobre el que se alzaría la imagen.

el 12 de junio de 1994, en una emotiva celebración presidida por el Arzobispo Rvdmo. D. Agustín García-Gascó, fue entronizada la imagen restaurada de nuestra Patrona.

A partir de entonces, comenzó el acondicionamiento del Camarín como Museo, en el que se exhibirían todos los objetos de valor de la Parroquia, entre ellos las joyas y anterior corona de la imagen. Desde la restauración y para mejor conservación de la talla, la imagen dejó de adornarse con estas alhajas que, si bien eran reflejo de la devoción y amor a la virgen, habían contribuido a su deterioro.

En 1998, se celebraron los 50 años de la Proclamación Canónica de la Mare de Déu de l'Oreto como Patrona de L'Alcúdia. Se organizó un certamen artístico-literario, cuyo material presentado se expuso en la Casa de la Cultura. El viernes 27 de febrero, en el Templo Parroquial, tras la entrega de premios, actuó la Coral del C.E.U. San Pablo, cuya interpretación de los Gozos, provocó el aplauso ininterrumpido de los asistentes. En la mis vespertina del día 28, se celebró con toda solemnidad la Eucaristía en acción de gracias por el don del cielo que supone tener a la Mare de Déu de l'Oreto como Patrona de L'Alcúdia. Todo el año 1998 estuvo marcado por este importante acontecimiento que tuvo su culminación en las Fiestas Patronales y Novenario.

En el año 2002, la Parroquia de San Andrés de la L'Alcúdia y la población en general, celebró con Solemnidad el 750 aniversario de la fundación de la Parroquia y del pueblo cristiano, fecha en la que recordamos que el 17 de enero de1252, el rey D. Jaime I de Aragón, concedió la Carta Puebla de la Villa de L'Alcúdia.

Deo Gratias

Nuestra Virgen
(por el Rvdo. D. José Chover)

Esta hermosa imagen, artísticamente entallada en madera de ciprés, sin vestiduras de tela, mide 90 cm. de altura.

Túnica roja con toques dorados cubre su cuerpo, dejando al descubierto el pecho izquierdo.

Cumplido manto azul oscurísimo, dibujado con colores más negros, tercia graciosamente de derecha a izquierda, disponiendo los pliegues con tanta naturalidad y majestad religiosa, que apenas deja vislumbrar los pies, con calzados obtusos.

Entresaca las manos del manto, sustentando con la izquierda al niño Jesús, medio desnudo, y acogiéndolo con la derecha (A la virgen en la mano derecha, el dedo meñique lo tiene roto) suavemente. Míranse ambos con mucho cariño, llenos de afecto, de ternura y complacencia. El Niño tiene extendidas las manecitas sobre el descubierto pecho izquierdo como cervatillo mellizo de corza, que acaricia y adora. Los pies descalcitos. Circundada su cabecita por una aureola dorada.

La Virgen posee una corona entallada en su misma imagen, borde adentro. Y sobre ésta, otra labrada de plata, oro y piedras preciosas, depositada por los corazones alcudienses que le aman y adoran.

La hermosa y negra cabellera, labrada en su misma imagen, le cubre la espalda.

La piedad alcudiense, adornó y atavió sus sienes, sus orejas, sus dedos, sus muñecas. Y en el brazo derecho puso un ramo de azucenas de plata. Y puestos los ojos el devoto en su tez, ve que es morena pero hermosa. Sus ojos, como de palomas sobre los arroyuelos de las aguas que están lavadas con leche y sentada junto a torrentes muy copiosos; sus mejillas, como eras de aromas plantados por los perfumeros; sus dientes, como hato de ovejas que subieron del lavadero, todas sus crías mellizas y estéril no hay entre ellas; sus labios, lirios que destilan la mirra más pura; su nariz como torre del Líbano que mira hacia Damasco; su cuello, como torre de marfil; su cabeza, oro muy bueno; sus cabellos, como renuevos de palma, negros como el cuervo; sus dos pechos, como dos cervatillos mellizos de corza, los cuales se apacientan entre lirios.

¡Cuán hermosa eres y cuán graciosa, oh carisma en las delicias!

Y alrededor del cuadro pedestal se lee esta inscripción: En la parte delantera o primera "BEATA MATER ET", en la parte izquierda o segunda "MARIAE INMACULATAE", en la de detrás o tercera "INTACTA VIRGO!", y en la parte derecha o cuarta "GLORIOSSISIMA REGINA"..

REVELACIÓN DEL ORIGEN DE LA IMAGEN de Ntra. Sra. del ORETO
a María Ana Amat

"El día 1 de mayo del año 1760, le habló María Santísima y dijo, estando la sierva de Dios en mental acceso: Hija, escucha, que quiero revelarte secretos ocultos en tu Patria, para que tus patricios vean cuanto me deben. El segundo Pontífice de la Iglesia, que fue San Lino, era cordial devoto mío en el misterio de mi Natividad. Rogaba a Dios con instancia le concediese su Majestad una imagen mía. Fue oída su petición, y en el día de mi Natividad, por misterio de ángeles, fue bajada del Cielo y entregada la imagen que pedía. Agradecido al beneficio, vivió toda su vida en Santidad. Por la persecución que la Iglesia padecía, mantenía Lino mi imagen oculta y algunas veces, disfrazado, la visitaba para su consuelo. Murió Lino y quedó oculta mi imagen. El tercer pontífice era sabedor del favor que se había hecho a su antecesor pero ignoraba donde estaba oculto el tesoro. Rogaba con ansias a Dios lo manifestase para su consuelo. Oída su petición, se le manifestó mi Imagen, de lo que quedó muy agradecido. Pasaron muchos siglos, y el segundo Conde de tu Patria por ser amigo del Pontífice, pasó a Roma a visitarle. Le pidió mi imagen; el Pontífice se la concedió y era la misma que a Lino entregaron los ángeles. La trajo el Conde y por inspiración que tuvo, la colocó en su Patria ¡día ocho de septiembre del mismo año! (1276). Le dijo también Nuestra Señora: tal día como hoy, a las ocho de la mañana, entró en tu Patria mi imagen y con ella muchas legiones de ángeles."