(Lorenzo Millo, 27 de abril de 1948)
Como flecha de místico anhelo
y fervor de sincera emoción
se dirige a tu trono en el Cielo
la vibrante alcudiana canción.
Madre de Oreto protectora
de mi pueblo y de mi hogar;
a tu Alcudia labradora
dale frutos de amor y de paz
y a la villa que te adora
de tu gloria y tu fe vivirá.
Nuestra voz enaltezca ferviente
tu divina belleza ideal
y Tú en pago concede a tu gente
tu tesoro de amor maternal.
Sé mi norte y sé mi guía,
mi consuelo y mi alegría
Madre mía.